Rita nació en medio de una rotonda en la primavera de 2021. Su madre, buscando refugio entre plantas, dio a luz a cinco cachorros que lucharon contra el frío y la lluvia hasta que logramos rescatarlos. Uno de sus hermanos, Mango, no resistió. La madre fue esterilizada y devuelta a la colonia, pero Rita, la más pequeña, llegó débil, con parásitos y un resfriado severo que casi la vencen, aunque su espíritu de lucha la sacó adelante.
A pesar de su recuperación inicial, pronto notamos síntomas preocupantes. Primero, una fiebre persistente y luego sus ojos, nublados e inflamados. Varias pruebas y una dolorosa visita al oftalmólogo confirmaron el diagnóstico que tanto temíamos: PIF (Peritonitis Infecciosa Felina). Apenas comía, y el dolor le impedía moverse. La tristeza de ver su fragilidad era indescriptible, pero no quisimos rendirnos.
Encontramos un tratamiento experimental que, aunque caro y largo, podría salvarla: 84 días de inyecciones diarias, importadas desde fuera de España. Nos hemos aferrado a esta última esperanza, dispuestos a hacer todo lo necesario para darle a Rita la oportunidad de vivir.
Si estás interesado en apadrinar a Rita, contáctanos.
Rita nació en medio de una rotonda en la primavera de 2021. Su madre, buscando refugio entre plantas, dio a luz a cinco cachorros que lucharon contra el frío y la lluvia hasta que logramos rescatarlos. Uno de sus hermanos, Mango, no resistió. La madre fue esterilizada y devuelta a la colonia, pero Rita, la más pequeña, llegó débil, con parásitos y un resfriado severo que casi la vencen, aunque su espíritu de lucha la sacó adelante.
A pesar de su recuperación inicial, pronto notamos síntomas preocupantes. Primero, una fiebre persistente y luego sus ojos, nublados e inflamados. Varias pruebas y una dolorosa visita al oftalmólogo confirmaron el diagnóstico que tanto temíamos: PIF (Peritonitis Infecciosa Felina). Apenas comía, y el dolor le impedía moverse. La tristeza de ver su fragilidad era indescriptible, pero no quisimos rendirnos.
Encontramos un tratamiento experimental que, aunque caro y largo, podría salvarla: 84 días de inyecciones diarias, importadas desde fuera de España. Nos hemos aferrado a esta última esperanza, dispuestos a hacer todo lo necesario para darle a Rita la oportunidad de vivir.
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